La fantasía es la llave de la evolución
(Simone Moro/Alpinista)



¡Bárez qué lugarez!
(Cuaderno de Bitácora)

viernes, 2 de octubre de 2009

Rumbo al Norte III. Saint Nazaire

Día 22 de Agosto . Saint Nazaire.

Hemos dormido en el Hotel Korali, Rue de Commandant L¨Herminier de Saint Nazaire. Habitaciones 405 y 406.
09:40 h. / Después de desayunar en el mismo hotel, un buen desayuno, completo y….muy caro 7,50€ , nos ponemos en marcha rumbo a los astilleros.
Saint Nazaire está situada en la desembocadura del Loira. Su puerto jugó un importante papel durante la II Guerra Mundial ya que fue base de submarinos alemanes. El 90% de la ciudad fue destruida, pero hoy constituye el principal centro francés de construcción naval.
Fue el astillero donde se construyó el Queen Mary. En la actualidad están construyendo el MSC Magnifica, un transatlántico de bandera panameña, de 294 metros de largo y capacidad para 3.000 personas distribuidas en 1.259 camarotes...
En el otro lado del puerto nos encontramos con una vetusta (no el grupo musical), sólida y antigua construcción; la base de submarinos. En la unión del Boulevard Paul Leferme y Bd. de la Legion d´Honneur. Se ha transformado en la Oficina de Turismo y en la “Escal´Atlantic”. Una visita inolvidable. Es una reconstrucción de los legendarios viajes transatlánticos en “paquebote”. Un viaje a través de la historia. Recrea la decoración, distribución y condiciones en las que viajaban las diferentes clases sociales de los años 1.910. La entrada, 12,50€/persona. Absolutamente recomendable.
También se puede embarcar en el submarino “Espadón” en su misión por el Polo Norte. Nosotros decidimos no sumergirnos.
De aquí por la Esplanade des Antilles y la Rue de la Floride, nos adentramos en otra “aventura”; visitar la zona comercial.
Comemos en plan pizza e iniciamos el recorrido de “las 20 playas de Saint Nazaire” hasta La Baule y Pointe du Croisic. Bonitas playas que se suceden a lo largo de 13 kilómetros.

De La Baule dicen que rivaliza con la Costa Azul. Miles de turistas se concentran en la “playa más bella de Europa”. ¡Hay es na!. 8km. de arena en media luna a un lado, al otro una sucesión de hoteles, apartamentos, chalets, tiendas, …..Muy turístico. El tráfico se vuelve pesado. Abandonamos la idea de llegar hasta Croisic y en un súbito giro hacia la derecha abandonamos La Baule y ponemos rumbo hacia Vannes. Pero antes hacemos una parada en Port Levé y el “Phare D´Aiguillon”. 24º. Cielo despejado.

Bonitas carreteras y paisajes, bosques, grandes fincas de maíz, prados y pastos de vacas.
Coquetos pueblos, Pornichet, Pompas, Asérac. Plena expresión del paisaje y cultura bretona.

¡Sorpresa!. La Barrage d´Arzal-Camoel. Un precioso rincón donde descansan atracados cientos y cientos de barcos, veleros y yates de recreo. La carretera separa en dos niveles diferentes el agua de La Vilaine, navegable hasta muy tierra adentro.
Se regulan las mareas por medio de esclusas para evitar crecidas e inundaciones. La entrada y salida de barcos se realiza a través de un canal que queda abierto al elevarse la carretera. Dos compuertas igualan el nivel del agua en el canal facilitando el tránsito de los barcos.
Por tanto, el tráfico se para mientras dura esta operación. No queda otra que disfrutar de este naviero espectáculo; movimiento y amarre de los barcos en el canal a las “expertas” órdenes del encargado. Esta operación dura unos 30´. Aunque depende de la cantidad de barcos que entren o salgan a navegar.
Cuando podemos restablecer la marcha continuamos hacia Vannes. Queremos dormir allí.
Ayudados por el GPS y el teléfono móvil (instrumentos que por lado facilitan los viajes al ofrecer toda la información necesaria, por otro quitan en alto grado la incertidumbre de la aventura) vamos recorriendo hoteles y uno tras otro nos encontramos con que no disponen de habitaciones libres. Ni en Vannes ni en los alrededores.
Caemos en la cuenta de que es sábado, fin de semana en una zona muy turística.
Empezamos a notar el cansancio del día, aún sin perder la calma (siempre podremos dormir en la furgoneta) hacemos un último intento. Estamos en Aurey. Y nos planteamos tomar una decisión; vamos a marcar un hotel en el GPS.
Pregunta: ¿a qué distancia de aquí?
Respuesta: a 5 kilómetros
Pregunta: Cuál de ellos?
Respuesta: Marilin, me gusta ese nombre.
¡un appel téléphonique!: ¡no hay habitaciones libres!
Sin embargo, nos indican que llamemos al Hotel La Moderne de Sainte Anne de Aurey, a 6 kilómetros, que sí tienen habitaciones.
¡un appel téléphonique!: Afirmativo. Para allá vamos, en 10´ llegamos.
Sainte Anne de Aurey es un pueblecito muy tranquilo a 6 kilómetros al Sur de Aurey.
El hotel La Moderne es muy acogedor, nos atienden muy amablemente y con un aire de confianza que nos tranquiliza después del largo día. Cenemos en la misma habitación unos bocatas de jamón serrano, queso, salchichón, unas “birras” y mucha, mucha risa.
Es una formidable manera de acabar el día.
Durante la cena hablamos sobre la parte de aleatoriedad que tienen las decisiones, el estar en este hotel ha dependido de elegir al azar un nombre determinado en el GPS, y de que en ese hotel nos mandaran a éste. Si hubiéramos elegido otro, quizás tendríamos que dormir en la furgoneta.
Esto ocurre muchas veces, algunas decisiones que tomamos a lo largo de la vida, su resultado y consecuencias dependen de alguna manera del azar, de una elección aleatoria, más emocional que razonada………………….

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