La fantasía es la llave de la evolución
(Simone Moro/Alpinista)



¡Bárez qué lugarez!
(Cuaderno de Bitácora)

sábado, 18 de julio de 2009

Vidas rotas

Algunos acontecimientos de hoy me reafirman en el convencimiento de buscar otras formas de vida, otras formas de vivir en sociedad, a través de la fantasía, o a través o por medio de lo que sea necesario, pero hay que cambiar, esa es la certeza que tengo.
Este post, que lo he publicado en todos los blogs en los que escribo y/o colaboro, es un sentido homenaje a una madre, a un niño de tres años de edad y a su padre, a unas vidas rotas, por una forma de vida que con sucesos como el descrito me hacen detestar.
Siento aportar un tono triste y gris, pero es la realidad del momento que nos dice mucho más de lo que alcanzamos a percibir:
17 de Julio, hoy es un día triste, muy triste. Desgraciadamente hemos conocido con gran estupor la triste y luctuosa noticia de la muerte de un niño de tres años que su madre se había dejado olvidado en el coche durante su jornada laboral.
Inmediatamente los medios transmiten la decisión de la justicia de imputar a esta madre con un delito de presunción de homicidio por imprudencia.
Creo que antes de estas medidas, alguien debería preguntarse por los porqués. ¿Cuáles son las causas que pueden llevar a una madre a olvidarse de su hijo? ¿Cuáles son los niveles de estrés a los que estaba sometida esta mujer en esos momentos?.
Un descuido, un olvido que ha roto muchas vidas. Ya ni el niño muerto, ni su padre y mucho menos su madre tienen futuro, y mucho menos un futuro feliz. Han muerto en vida.
Porque nadie puede cambiar ya lo sucedido, ha pasado ya para siempre, y se quedará para siempre en la memoria de esta madre rota.
Y la vida sigue, la vida es el día siguiente, y el siguiente, y el siguiente, y a esta madre sólo le queda el vacío, el silencio. El dolor.
Posiblemente ya había comenzado el día muy estresada, haciendo sus labores de casa, atendiendo y preparando a su hijo para llevarlo a la guardería antes de ir a trabajar, como todos los días, con prisa, como sin tiempo. Pero además, hoy, se suma el atasco, un incidente de tráfico, una encendida discusión con otro conductor (me gustaría saber en qué tono se habían hablado), llega muy tarde al trabajo, sale corriendo del coche, y……se olvida del niño, que con tres años posiblemente estaba dormido y tristemente ya lo estará para siempre. Y ya sólo permanecerá en el espacio de la memoria.
Y esto hace preguntarme por las medidas de conciliación familar-laboral, ¿dónde están en este caso?. ¿Qué responsabilidad tienen la empresa, la familia, el sistema educativo, las políticas sociales de atención a las familias, la sociedad? ¿Con qué ayudas contaba esta familia?.
Porque desgraciadamente, no es un caso aislado, en los últimos dos años ha habido cuatro casos de muertes de niños olvidados por sus padres en el coche. Triste. Muy triste. Porque posiblemente las causas sean las mismas.
Vivimos muy deprisa, acelerados, estresados, queriendo engañar al tiempo. Y este sigue su curso. Y recuerdo el posts de Julen Iturbe “Despacio”. ¿Para qué correr?, ¿Por qué no disfrutamos de cada instante?
Y nosotros y nosotras que queremos vivir emocionalmente “regulad@s” ¿cómo podemos decir, gritar, para que alguien no oiga, escuche y atienda que conocer, percibir y regular las emociones es un buen camino para vivir despacio, para percibir la vida con toda intensidad, para no tener fatales olvidos?.
¿Como podría haber ayudado la Inteligencia Emocional a esta pobre madre y a su hijo?
Este triste caso, como todos los anteriores, son consecuencia de nuestro sistema de vida, ¡maldito sistema! que rompe vidas tan fácilmente.
¿Por qué en vez de “apuntar” y encausarla como presunta homicida, no se le reconoce como víctima de de este maldito sistema que nos estresa y provoca muertes?
Este caso que tanto nos duele y mueve “por dentro” tiene que ser un detonante, un punto de inflexión, para iniciar ¡ya! la búsqueda de otra forma de vida, ………despacio.

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