Son las 16:20 del 27 de Agosto de 2009 cuando vemos esta primera y ya famosa imagen.
El día ha estado nublado, pero afortunadamente con nuestra llegada, comienza a despejarse y tenemos 23º.
Tras pagar la pertinente entrada, 8,50€/persona (tiene validez para quince días).El Mont Saint-Michel "Maravilla de Occidente" por la originalidad de su emplazamiento, la belleza de su arquitectura, es una de las mayores curiosidades monumentales de Francia.
Este islote rocoso de cerca de un kilómetro de circunferencia se leventa a 80 metros de altura y está unido a la bahía por un dique insumergible construido en 1879.
En la época de las grandes mareas, dos veces al mes, el espectáculo del flujo es maravilloso. La amplitud de las mareas es la más grande Europa.
La larga historia de Mont-Saint-Michel habría comenzado en el año 708, cuando Aubert, obispo de Avranches, hizo elevar en el Mont-Tombe un santuario en honor del Arcángel. El monte se convirtió rápidamente en un importante lugar de peregrinaje.
En el siglo X , los benedictinos se instalaron en la abadía, mientras que más abajo se desarrollaba el pueblo. Es la historia del medievo.
Fue una plaza fuerte e inexpugnable durante la Guerra de los 100 Años. Su ejemplar arquitectura militar le permitió aguantar el asedio y sitio durante 30 años por lo que se convirtió en un lugar simbólico de identidad nacional.
La visita comienza tras pasar por la Sala de los Guardias y siguiendo la única calle, se sube la escalera del Grand Degré hasta la terraza Saut-Gaultier. Después por un pasaje entre la Iglesia y los edificios abaciales, unidos por pasajes suspendidos,
se accede a la terraza del Oeste. Desde aquí se divisa una magnífica vista de la bahía.
La abadía fue construida en la cima del peñasco del siglo XI al XVI. Su visita se puede hacer por libre, o bien con guía, o conferenciante.
Nosotros optamos por la primera opción.
Se empieza por el claustro, "lugar de oración y meditación". Sería entonces por lo que es ahora con el permanente gentío se antoja difícil un momento de recogimiento.
Los puntos más interesantes para ver son el refectorio, la sala de huéspedes, destinada a recobir a reyes y nobles, la cripta de los pilares gruesos, la cripta de San Martín, el crucero, el osario de los monjes. La gran rueda que fue instalada para subir los alimentos de los presos encerrados cuando se el espacio abacial se convirtió en prisión en 1820. Es una réplica de las ruedas utilizadas en la Edad Media para las obras de construcción.
Se continúa por la capilla de San Esteban y por la escalera norte-sur
, que es el gran eje de
circulación del monaterio romántico. Da al paseo cubierto donde se encuentra la Maravilla entrando en la sala de los Caballeros. Era la sala de trabajo de los monjes. Su obra intelectual ha llegado hasta nuestros días; los manuscritos de la abadía se encuentran en Avranches.
La visita finaliza en la capellanía. En este lugar los monjes acogían a los pobres y a los peregrinos.
San Miguel, jefe de la milicia celeste, tiene una gran importancia en la religiosidad medieval. En el Nuevo Testamento, San Miguel aparece en el libro del Apocalipsis en el que combate y vence al dragón, símbolo del demonio. Para el hombre medieval, San Miguel era quien conducía a los muertos y examinaba las almas en el día del juicio final.
San Miguel se representa con una espada y una balanza. Se ha convertido en el patrón de los caballeros, y de todos los gremios de oficios asociados a las armas y alas balanzas.
La estatua que corona el campanario fue realizada por Emmanuel Frémiet en 1897.
En fín, abandonamos Saint-Michel al caer la tarde, con el parking casi vacío y con una bonita puesta de sol, haciendo nuestras las fotos que tantas veces habíamos visto en las guías turísticas.
Otras historias, otras batallas bien diferentes nos esperan mañana en las playas del Desembarco.
Son las 19:30 de la tarde. 21º. Nos dirgimos a Granville donde nos quedaremos a dormir en el Etap. Route de Villedieu.